8
Mi hijo es perezoso.
Se preocupa por banalidades
como yo.
Nos entendemos.
Me preocupa escribir con pretensiones,
nos preocupa cuando el gato no aparece.
19
Yo sé que en algún lado nuestro amor existe
como existen los esteros y los ríos.
Ajeno a nosotros como si fuera un hijo.
Un hijo que se fue.
Y lo pensamos.
En algún lado, le damos nuestro cuerpo.
Le damos todavía nuestros gestos.
Nos preguntamos.
En nuestra memoria es tan distinto
como cada día que tuvimos.
Hasta podemos saborear su sangre
como después de un puñetazo.
Porque hoy nuestro amor no nos asiste.
Aunque esté erigido en algún sitio
o fluya sobre un cauce
o se haga brasa.
27
Ayer a la tarde fui otra vez.
Los gatos estaban misteriosamente blancos
en medio de la mugre y de los pastos.
Unas colillas, jabones, una taza.
Supe que habías estado por ahí.
Casi pude sentir tu desolación
como pude sentir la mía esa mañana
en que me dejaste sola tras la puerta.
Porque las paredes en estas horas hablan
con una voz que nunca se derrama.
Y las cosas, ya sabemos que no importan,
pero están o no están, y como sea, cantan.
Heladas o hirvientes esperan que las notes
mientras el aire agrio te rodea.
Carina Sedevich (1972) poeta argentina - De "Como segando un cariño oscuro" - Ediciones Llanto de mudo- 2012
"creo no equivocarme otra vez/ caer en esas desagradables torpezas/ decir lo que ocurrió." Francisco Urondo
martes, 18 de diciembre de 2012
domingo, 9 de diciembre de 2012
nimiedad que disuade
Un autor olvidado
No hay emoción ahora. El cigarrillo
humea en la penumbra. (¿Quién habrá
hecho esta sinfonía? La fanfarria
que cierra el movimiento, la tragedia
que abre el siguiente, no me lo revela.)
Pasa un auto a lo lejos. Amanece
muy lentamente y la ciudad
se pone a trabajar. Dolor
de espalda. Desperté a las dos,
pero de ayer. La gata está comiendo
del balanceado. Puede que me duerma
sin más. Me tomo un vaso de agua
helada, transparente, refrescante,
un Lizarazu que desgusto a solas.
(Pero hoy no hay maquinita de escarbar
secos escombros: nadie se lamenta,
y menos yo, que nombro lo que tengo.)
Ahora
Ahora se conecta, Ahora anhelo.
Ahora espero un poco.
Ahora somos dos que no se miran.
Ahora me separo
del dolor. de puñales. (Hojas muertas
que no se estorban pero
que aún se saben hijas del andar;
rompecabezas trunco,
mesita en que acomodo los papeles
en que te hago durar.)
Ecuánime, objetivo
El alma, quieta, ayer,
podía renunciar
a la escritura. Como
haber periclitado
- ¿la terapia?, ¿loslibros?-
las emociones. Sé
que escribir es tener
violentos movimientos
en el alma, y que duren;
la sobriedad indigna.
Y en eso estoy: minúsculo,
aquietado, imparcial,
como un cero a la izquierda
de toda sensación;
no son largas las horas,
los dramas son ajenos,
y me sorprendo mucho
de que la gente sufra.
Ecuánime, objetivo,
hoy por hoy sólo soy
un escriba prolijo,
nimiedad que disuade.
Pablo Segui (1973) poeta cordobés. Del libro "Naturaleza muerta" - Editorial "El copista" - 2011
No hay emoción ahora. El cigarrillo
humea en la penumbra. (¿Quién habrá
hecho esta sinfonía? La fanfarria
que cierra el movimiento, la tragedia
que abre el siguiente, no me lo revela.)
Pasa un auto a lo lejos. Amanece
muy lentamente y la ciudad
se pone a trabajar. Dolor
de espalda. Desperté a las dos,
pero de ayer. La gata está comiendo
del balanceado. Puede que me duerma
sin más. Me tomo un vaso de agua
helada, transparente, refrescante,
un Lizarazu que desgusto a solas.
(Pero hoy no hay maquinita de escarbar
secos escombros: nadie se lamenta,
y menos yo, que nombro lo que tengo.)
Ahora
Ahora se conecta, Ahora anhelo.
Ahora espero un poco.
Ahora somos dos que no se miran.
Ahora me separo
del dolor. de puñales. (Hojas muertas
que no se estorban pero
que aún se saben hijas del andar;
rompecabezas trunco,
mesita en que acomodo los papeles
en que te hago durar.)
Ecuánime, objetivo
El alma, quieta, ayer,
podía renunciar
a la escritura. Como
haber periclitado
- ¿la terapia?, ¿loslibros?-
las emociones. Sé
que escribir es tener
violentos movimientos
en el alma, y que duren;
la sobriedad indigna.
Y en eso estoy: minúsculo,
aquietado, imparcial,
como un cero a la izquierda
de toda sensación;
no son largas las horas,
los dramas son ajenos,
y me sorprendo mucho
de que la gente sufra.
Ecuánime, objetivo,
hoy por hoy sólo soy
un escriba prolijo,
nimiedad que disuade.
Pablo Segui (1973) poeta cordobés. Del libro "Naturaleza muerta" - Editorial "El copista" - 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)