Su vida pública, sueño íntimo
paisaje dudoso
su barrio privado
su púlpito
sus palabras acordes
su música miserable.
"creo no equivocarme otra vez/ caer en esas desagradables torpezas/ decir lo que ocurrió." Francisco Urondo
viernes, 29 de octubre de 2010
sábado, 23 de octubre de 2010
Desarrollo del agua
No intento ser preciso
o adivinar
es otro oficio el que me sostiene.
La velocidad de como pasan las cosas
y mis movimientos no encajan.
Lo cierto es mi paciencia
que cubre mi persona
y todo lo que toca.
No hay paz
si no un desarrollo del agua
bajo los pies.
(1999)
o adivinar
es otro oficio el que me sostiene.
La velocidad de como pasan las cosas
y mis movimientos no encajan.
Lo cierto es mi paciencia
que cubre mi persona
y todo lo que toca.
No hay paz
si no un desarrollo del agua
bajo los pies.
(1999)
jueves, 14 de octubre de 2010
Milonga del marginado paranoico
Parece mentira
que haya llegado a tener
la culpa de todo lo que ocurre
en el mundo; pero es así. Han tratado
de disuadirme psicólogos y sociólogos de mi tiempo,
me han dado razones de peso técnico largamente
formuladas y
parcialmente ciertas.
Pero
yo sé que soy culpable de los dolores
que aquí siento y recorren el mundo; de la soledades
que lo van vaciando, quisiera saltar
como Juan L. Ortiz, vociferar
como oliverio Girondo, pero: primero me ganarón
de mano; segundo, no me sale bien y aquí
empieza todo nuevamente: otro sufrimiento
igual a diapasones y recursos
que conozco perfectamente y que no vale la pena
repetir: primero, para no emularlos; segundo, porque tendré que ir
reconociendo que no he sabido
hacerme entender. Y esto es agudo como un ataque
que nos traga la lengua, pido entonces disculpas
por la mala impresíón, por las exageraciones.
Francisco Urondo, poeta (1930-1976) De "Obra poética" -Adriana Hidalgo editora- 2006
que haya llegado a tener
la culpa de todo lo que ocurre
en el mundo; pero es así. Han tratado
de disuadirme psicólogos y sociólogos de mi tiempo,
me han dado razones de peso técnico largamente
formuladas y
parcialmente ciertas.
Pero
yo sé que soy culpable de los dolores
que aquí siento y recorren el mundo; de la soledades
que lo van vaciando, quisiera saltar
como Juan L. Ortiz, vociferar
como oliverio Girondo, pero: primero me ganarón
de mano; segundo, no me sale bien y aquí
empieza todo nuevamente: otro sufrimiento
igual a diapasones y recursos
que conozco perfectamente y que no vale la pena
repetir: primero, para no emularlos; segundo, porque tendré que ir
reconociendo que no he sabido
hacerme entender. Y esto es agudo como un ataque
que nos traga la lengua, pido entonces disculpas
por la mala impresíón, por las exageraciones.
Francisco Urondo, poeta (1930-1976) De "Obra poética" -Adriana Hidalgo editora- 2006
jueves, 7 de octubre de 2010
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